En ésta entrada voy a explicar el qué me hizo interesarme por los amigurumis, porque me decidí y cuales fueron los primeros pasos.
Cuando era pequeño, jugaba en mi barrio, era un pueblo perdido en los sures de la Comunidad de Madrid, era típico ver a las señoras mayorcitas tejiendo sus proyectos, algunas veces me entraba curiosidad de como podían hacer bufandas, guantes y demás prendas para mis amigos, que todo eso saliera de una madeja y una aguja. Me acercaba y me quedaba observando, pensando uiiisss esto es para profesionales, me daba media vuelta y me iba a jugar al futbol.
Hace unas tres semanas, fuí al cumpleaños de la novia de mi amigo a su casa, vi que tenía una bufanda a medio tejer con dos agujas y me ocurrió lo mismo pero ésta vez con la cuestión de si yo era capaz de realizar tal proyecto. Ella me observó y se acerco con urgencia y me la quitó de las manos, supongo que ella pensaba que yo la iba a deshacer. Y me quedé un rato pensando, joder si lo hago yo nadie me va a quitar nada de las manos y lo podré observar, claro, pero primero había que aprender. A los días siguiente me dispuse a informarme sobre como y qué podía hacer. Yo busqué en los interneses palabras como "Ganchillo" y me salía resultados de "Crochet" y otras técnicas que yo desconocia. Vi que podías hacer muchas cosas, casi donde llega el límite de tu imaginación. Empecé a leer un artículo sobre una nueva moda en occidente que provenía de oriente (Japón) y claro está que es la de tejer "Amigurumis" (Muñecos de trapo) y vi que se podía tejer cualquier muñeco, incluso personajes que me acompañaron en mi época infantil. Está claro que cuando uno va a realizar una tarea necesita un motivo lo suficientemente grande como animarse a hacerla, si, eso se llama "motivación" jaja.... Y mi motivación sin duda fué los fantásticos amigurumis. Y empezaron como con cualquier cosa que se hace en la vida, los problemas, inconvenientes y luego después vinieron las satisfacciones y reflexiones.
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